Día Mundial del Reciclaje: ¿Cuánto influye nuestra rutina?

Federico Gauna | Lic. en Economía
Director y Fundador de EcoLink

17 de Mayo 2023

¿Es una utopía que todos los seres humanos nos sensibilicemos con el ambiente en el corto plazo?

Sin lugar a dudas la educación es la principal herramienta con la que contamos a mediano y largo plazo para generar la conexión que hemos perdido. Pero necesitamos soluciones prácticas que, de manera directa o indirecta, nos obliguen a frenar, mirar y analizar lo que estamos haciendo en nuestro día a día.

¿Qué podemos hacer mientras tanto?¿El reciclaje puede ayudar? La respuesta siempre es SÍ, siempre y cuando la separación que hagamos en nuestros hogares y en nuestra rutina sea de manera consciente. Separar conscientemente los residuos es una alternativa para tomar real dimensión de lo que consumimos y lo que tiramos.Es la posibilidad de volver a conectar nuestros residuos con nuestra rutina y con nuestra vida, que en algún momento dejamos de ver y depositamos en el "camión de la basura".

Si no tratamos a nuestros reciclables como solo un tipo de basura más, podemos analizar nuestra generación de residuos e inevitablemente también nuestros hábitos de consumo rutinarios. Cuando logramos esta relación, se libera el verdadero poder del reciclaje, que consiste en conducirnos poco a poco a ser consumidores responsables y tomar decisiones acertadas cuando compramos, es decir, decisiones que tengan en cuenta cuánto o cómo vamos a impactar en el ambiente. Somos nosotros los que decidimos.

Separando conscientemente, estamos colocando una semilla de cambio en cada hogar que, a mediano plazo, debería resultar en una disminución del consumo innecesario de productos y envases descartables en primer lugar. Una buena pregunta para hacernos al momento de consumir sería: ¿Es necesario?. Así motivamos de a poco otros cuestionamientos y nuevas prácticas sustentables en el hogar, nuestra rutina como el compostaje, el cuidado del agua y de la energía, la revisión de nuestra dieta y también de nuestra manera de transportarnos en la ciudad.

¿Somos conscientes de lo que consumimos?¿Dimensionamos nuestro propio impacto ambiental?
Sin duda vivimos en una sociedad que empieza a pensar en éstas y otras preguntas. Seguramente falta para que podamos co-evolucionar personas, organizaciones y estados y poder andar juntos este camino necesario, imperioso y adeudado.