Las problemáticas ambientales que enfrentamos a nivel global y local son diversas, pero todas tienen una conexión entre sí, nosotros los humanos.
Es por esto que debemos tomar conciencia del impacto que generamos en el planeta con nuestras acciones, desde las más pequeñas hasta las mayores.
Si prestamos atención a aquellas "pequeñas", a simple vista parecen insignificantes en comparación con la gran contaminación generada por países con mayor PBI per capita y las corporaciones globales, pero esto no puede llevarnos a un estado de relajación y de esperar que sean ellos los que cambien.
El cambio debemos imponerlo nosotros a través de la transformación de nuestros hábitos de consumo, tanto de productos y servicios como de electricidad, gas y uso de automóviles.
La tierra es un planeta único, con formas de vida únicas y además, nuestra única casa.
¿Cómo no cuidarlo?
“Cuidarlo es la única manera sensata de habitarlo”
En este proceso de hacerse cargo de lo que cada uno genera, la separación correcta de los residuos para su posterior reciclado es el primer paso para tomar dimensión de nuestra manera de consumir. Sin embargo y nuevamente, no podemos quedarnos tranquilos solo separando y reciclando.
Este primer paso tiene que servirnos para tomar conciencia y avanzar con los siguientes pasos que se pueden resumir en las seis "R": Rechazar el consumo de lo que no necesitamos, Reducir el consumo hasta ajustarlo a nuestras necesidades, luego en lo posible Reparar los productos antes de desecharlos, además buscarles una Reutillización; cuando lo anterior no se pueda, queda la opción de reciclar como obligatoria.
Las acciones individuales para disminuir el impacto son importantes y necesarias, forman un nuevo paradigma que presiona y empuja. Más si se forman alianzas, redes y grupos de presión.