¿Qué es la COP? Se trata de la Conferencia de las Partes, y se celebra anualmente desde 1995. Pero ¿Partes de qué? Del Convenio Marco de Cambio Climático de Naciones Unidas (CMNUCC). ¿Quiénes son las partes? Así se llaman los países que son signatarios de este Convenio. ¿Y qué hacen en el evento? Los líderes de los países parte trabajan y negocian sobre las políticas ambientales para combatir y adaptarse al cambio climático.
Hace un mes culminó una nueva reunión y en esta nota queremos contarles cuales fueron los principales avances y cómo está el panorama luego de este evento que reúne a los países miembros, empresas, otras organizaciones y grupos de interés.
Dependiendo de qué fuentes consulten, esta reunión puede haber sido un gran avance o una pérdida de tiempo. La realidad es un poco más compleja. Se mostraron logros en diferentes áreas y nuevos compromisos por numerosos países, que si se cumplen, pueden ayudar a reducir las emisiones en los próximos años. Al mismo tiempo seguimos bastante lejos de las acciones necesarias para alcanzar nuestro gran objetivo de que la temperatura no aumente más de 1,5 grados.
Cuatro diferentes grupos internacionales de investigación en la temática (UNEP, CAT, IEA, CR ) nos dan una idea de los posibles escenarios futuros en base a los avances logrados en la COP26. La siguiente figura nos muestra cuál es el pronóstico de calentamiento global según 3 proyecciones diferentes (barras de color), comparándolas con las proyecciones del IPCC según los diferentes escenarios de emisiones.
Las proyecciones se basan en las políticas actuales llevadas a cabo a nivel global, los compromisos asumidos por los países para 2030 y la suma de estos compromisos con las promesas de emisiones netas 0.
De izquierda a derecha vemos los escenarios del IPCC, las proyecciones según políticas actuales, según los compromisos para 2030 y según los compromisos más las promesas de cero emisiones netas.
En primer lugar, resulta crucial resaltar que bajo ningún escenario alcanzamos nuestra meta de 1,5 grados, sin embargo se puede observar un progreso remarcable. Las políticas puestas en marcha en la actualidad nos llevan a un aumento de temperatura de 2,6-2,7 grados, bastante por debajo de los peores escenarios del IPCC de 4 y hasta casi 5 grados. Hace unos años era factible pensar que íbamos en camino a estos peores escenarios, pero la combinación de mejores políticas y el menor costo de energías limpias hicieron que la curva de futuras emisiones se logrará aplanar viendo el primer gran avance, aunque todavía muy insuficiente. Un aumento del orden de 2,6 grados aún puede resultar bastante complejo, dañino e impredecible tanto para las sociedades humanas como para el mundo natural.
El escenario en base a los compromisos asumidos por los países para 2030, si se cumpliesen, nos llevaría a un aumento de 2,3-2,4 grados. Es decir, estos nuevos y no tan nuevos compromisos que se tienen que dar durante esta década reducirían entre 0,2 y 0,3 grados la temperatura.
Por último, si se cumplen todos los compromisos 2030 y además se logran las promesas de emisiones netas cero realizadas por muchos países, el calentamiento se limitaría en 1,8 grados. No lograríamos alcanzar el objetivo de 1,5 grados pero sería un gran avance en camino de mantenernos por debajo de 2 grados.
El problema con este último escenario es que resulta muy difícil creer en las promesas de emisiones netas cero ya que son muy alejadas en el tiempo y actualmente muy pocos países están tomando las medidas necesarias para alcanzar estas metas. Por ejemplo de los 74 países con compromisos de emisiones netas cero, sólo alrededor de 12 los han formalizado en algún tipo de ley o documento nacional. Resulta muy difícil saber si realmente estas promesas se lograrán cumplir y en qué medida.
Se realizaron numerosos compromisos nuevos durante esta última edición de la COP que resultan en nuevas estimaciones de aumentos de temperaturas, levemente menores y aún lejanas del objetivo.
Se sumaron y actualizaron 31 nuevos compromisos y promesas de emisiones netas cero. Más de 100 países, entre ellos Argentina, acordaron reducir las emisiones de metano al menos en un 30% para 2030. Este potente gas de efecto invernadero muchas veces ignorado, a pesar de su gran contribución al calentamiento global. Sin embargo poco y nada se habló de la producción de alimentos y particularmente de aquellos de origen animal como grandes contribuyentes en las emisiones de metano y CO2.
23 países, incluida Argentina, se comprometieron con nuevos objetivos de reducir progresivamente el uso de carbón, siendo este el combustible fósil que más CO2 emite y más contaminación produce. Sin embargo, hasta los últimos días el objetivo era eliminar progresivamente el carbón, pero por presión de diferentes países y grupos se modificó de eliminación a reducción, lo cual resulta en un gran retroceso. Otro compromiso positivo fue el objetivo de frenar y revertir la deforestación para el año 2030. Otro aspecto a resaltar fue que la energía nuclear tuvo un rol más protagónico en las discusiones climáticas como parte de las fuentes bajas en carbono capaces de reemplazar a los combustibles fósiles.
Estos y otros compromisos alcanzados en esta reunión hacen que los pronósticos de aumentos de temperaturas disminuyan. Concretamente la COP26 con sus nuevos compromisos y promesas contribuye a un menor incremento de la temperatura, del orden de 0,1 grados si se cumplen los compromisos para 2030 y 0,2 grados si se cumplen además las promesas de emisiones netas cero.
En la siguiente figura se observa el impacto de la COP26 (en barras amarilla y azul) sobre el aumento de la temperatura comparando con la tendencia antes de la COP (naranja y celeste) y con la tendencia según las políticas en 2020 (barra roja):
Impacto de los compromisos 2030 y las promesas de emisiones netas cero en los aumentos de temperatura antes y después de la COP26.
Sin embargo vale remarcar que todas estas predicciones se basan en que los países cumplan sus compromisos 2030 y promesas de emisiones netas cero. Esto no parece ser muy probable dada la falta de planes de acción concretos y factibles a corto plazo por la mayoría de los países y la falta de claridad y detalle en los planes de emisiones netas cero. Por el momento parecen ser más deseos y promesas, que un escenario factible.
Para alcanzar el objetivo de no superar 1,5 grados de aumento de temperatura las emisiones deberían reducirse en un 50% para 2030. Sin embargo, con los nuevos avances logrados en la COP26 solo se lograrían reducir en un 13-15%, quedando un enorme vacío que pondría mayor presión para reducciones drásticas en las décadas siguientes. Haciendo mucho más improbable alcanzar los objetivos de 1,5 o incluso 2 grados de aumento de temperatura.
Más allá de que la Conferencia nos dejó con sabor a poco, los resultados han terminado siendo mejor de lo que esperábamos. Para lograr las metas de la COP 26 será necesario el trabajo colaborativo de toda la comunidad internacional, acompañada por las organizaciones civiles y empresas. Es por esto, que saber que sucedió en la Conferencia, es la forma que tenemos de exigir y entender los pasos que serán necesarios exigir a futuro.